Artículo publicado ayer martes, 14/08/2012, en el diario La Provincia/DLP


DE TODO UN POCO

Donina Romero

AUGURIOS, HORÓSCOPOS, PROFECÍAS …

Sabemos que la sana curiosidad no es pecado y que aquellos que creen en horóscopos y augurios les puede parecer hermoso porque siempre están esperando una buene noticia de la vida que nunca llega, porque la vida (y no nos damos cuenta) es noticia en sí misma. Y me apena que gente necesitada de un mejorado centro de gravedad, de un equilibrio, abrigue la esperanza de que la semana -según le dice la sección de horóscopos en la prensa- “le traerá estabilidad laboral, la suerte le será propicia, triunfará en lo que se proponga, le llegará un acontecimiento inesperado, acudirá a muchos eventos de carácter social, posiblemente hará un viaje a Disney-World, el amor aparecerá haciendo realidad sus deseos, la salud brillará, su íntima amiga le dará una alegría, su casa tendrá esta semana un aroma agradable gracias a los positivos espíritus que la protegerán y hará una visita a algún lugar especial”. Este tipo de gente ingenua traga el anzuelo de quienes pretenden adivinarle los sucesos de su vida y la sagitario, por ejemplo, confía en esa semana maravillosa quedando colgada de la historia y esperando que cada minuto próximo le traiga lo que han predicho tales observaciones que alcanzan el punto más álgido de la necedad (totorotiada).

La sagitario cree que ha entrado en el mundo maravilloso e inquietante del misterio, así es que el entusiasmo no le deja ver el lado oscuro, la mentira (trola) e imagina, placentera, la fiesta de esos días, con lo cual se queda con el corazón lleno de hurras. Pero como mentiras y olas nunca vienen solas, lo inveraz de los horóscopos queda al descubierto cuando a la pobre sagitario le cae una semana de lo más decepcionante: la suerte no le ha sido propicia pues se ha cogido una gripe con cuarenta de fiebre, ha pedido la baja laboral por enfermedad, los eventos a los que acude son la consulta de su médico de cabecera, sus deseos amorosos se manifiestan en una trifulca con el marido, el acontecimiento inesperado ha sido la visita de la suegra, la íntima amiga le retira el saludo, el viaje a América ha sido a Vecindario a ver unos azulejos para renovar el cuarto de baño porque se ha roto la cañería y la visita a ese lugar especial es el cementerio (plataneras, chacaritas) a despedir a un tío carnal que ha fallecido víctima del atropello de un autobús (guagua), con lo que habrá necesitado un ejército de salvación para liberarla del histerismo. Qué mundo éste.

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