Artículo publicado hoy martes, 04/09/2012, en el diario La Provincia/DLP
DE TODO UN POCO
Donina Romero
TRIGLICÉRIDOS Y DEMÁS PUÑETERÍAS
A mí -qué quieren que les diga- esto de los triglicéridos altos y el colesterol malo me ha cogido desprevenida en cuanto se me echaron los años encima, y me niego a tener mi atención mental convertida en una telaraña pegajosa atrapando cualquier comentario al respecto. Ya bastante tenemos con que hemos ganado en edad y goteras…, aunque todo hay que decirlo: también en sabiduría y experiencia, que no es poco. No encaja en mi cabeza que ahora estemos obsesionados con este cuerpo (que al fin y al cabo es un simple envoltorio) hasta el punto de asignarle penitencias y mortificaciones con tal de intentar tenerlo a estrenar. Y es que, la verdad, salir con los amigos a cenar para pedir un pescado con unas patatas hervidas (papas guisadas o sancochadas) y una ensalada, tiene menos gracia que tomar un helado caliente, porque para eso son las salidas nocturnas: para soltar las amarras y despacharse a gusto. Y si no, en casita que así no hay desconsuelos (magua).
Y no se trata de apuntarse a bruto, sencillamente es que con el leve estado de euforia entre la copa del excelente vino de Rioja y el buen yantar, creo que todos abdicamos por unas horas de nuestra responsabilidad hacia el dichoso colesterol malo y los triglicéridos altos, porque nos parece que estamos recuperando la vida con el jamón pata negra, el surtido variado de quesos y embutidos, los panecillos calentitos con mantequilla, la paletilla de cordero asado con su fuente de papitas fritas y el rico postre de fresa y nata más el cortado (descafeinado de máquina para mí, que si no me tiene en vigilia toda la noche), y todos cerrando los oídos a quien cometa la gracia de hablar de enfermedades y medicamentos.
No es justo que precisamente ahora a nuestras edades, y entre los pequeños vicios que nos quedan están el buen comer y recostarnos cómodamente en nuestro sofá a leer o ver la televisión, ocurra que “nos obligan a caminar una hora diaria como mínimo, comer menos cantidad y levantarte de la mesa con hambre (pasar hambre lo entiendo en todo caso cuando es por una huelga reivindicando algo), beber mucha agua y poco azúcar… porque todo ello es beneficioso para el organismo…” En fin, que así entiendo cuando se dice del que fallece “que pasó a mejor vida”. Qué mundo éste…
Sumario: El colesterol malo y los triglicéridos nos persiguen como un remordimiento.
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