Artículo publicado el martes último, 18/09/2012, en el diario La Provincia/DLP
DE TODO UN POCO
Donina Romero
LA MASCULINIDAD DE HOY
Parece ser que hoy el paradigma de la masculinidad y la feminidad ha cambiado hasta extremos casi escandalosos, porque echando la vista atrás sobre la moda en los jóvenes, hoy no se me mueve una pestaña ante tanta y tan desagradable diferencia. El hombre, el joven de hoy (no todos a Dios gracias, pero sí muchos) ha cambiado en demasía su imagen masculina construida artificialmente, una masculinidad de tórax rasurado, cejas depiladas, muslos, brazos y piernas tosurados también, manicura, pedicura, masajitos, collares, pendientes incluso en ambas orejas y, lo que es peor, con los labios ligeramente pintados (una moda que viene ahora de Ámerica y que me parece poco respetable para un hombre) y que sólo verlos me desordena la circulación de la sangre. Quizá esto que les cuento no revista para ustedes demasiada importancia ni espero que sea objeto de debate, pero creo que en medio de este mundo de locos un poco de cordura y fundamento haría más fácil vivir las turbulencias de la vida.
Y no es que con esta opinión subjetiva trate de hacerlos desaparecer en el éter, pero creo que el hombre debe ser siempre hombre, que el macho sea macho y se note que derrocha testosterona hasta por la planta de los pies, vamos, un prototipo de Sean Connery, velludo (peludo), con facciones viriles de hombre fuerte, con una personalidad valiente que nos dé seguridad a las mujeres y a quien no tengamos que prestarle nuestro lápiz labial, la máscara de pestañas o el colorete para parecerse a un Camilo Sesto denostado por tan triste imagen.
Para mí que este tipo de hombres padece problemas de identidad y que al dudar entre parecerse a un camionero sex-simbol o a un macarra con camiseta y sobacos al aire (muy machos ellos), ha preferido lucir fresco y lozano como una lechuga en primavera, sin darse cuenta que los extremos nunca son buenos .
Y digo yo que sería descorazonador que en esta evolución de las costumbres, las mujeres de hoy (que también van muchas de machonas y sin pizca de feminidad) optaran por dejarse bigote. Espero, por las barbas de Neptuno, que esta moda de los jóvenes actuales, desaparezca como se apaga una hoguera después de arder. Ay, Señor, qué cosas…
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