Artículo publicado ayer martes, 26/11/2013, en el diario La Provincia/DLP


DE TODO UN POCO

Donina Romero

ABUSIVO PODER DE NUESTROS POLÍTICOS

Hace tiempo cayó en mis manos un pequeño artículo del excelente escritor Antonio Gala (en su espacio “La tronera” de El Mundo, sábado, 10 de agosto de 2013) titulado, “Reptiles”, donde decía que “hoy en España todo el aire es basura”. Y a continuación entresaco concretamente lo que tal artículo comentaba y que no tiene desperdicio: “España se ha vuelto irrespirable y ahora nos damos cuenta de por qué nos sentíamos enfermos y asqueados. La vergüenza nos oprime los pulmones. ¿Dónde mirar que no encontremos ladrones y vendidos? ¿Quién dice la verdad, una siquiera? Todo el país está abochornado por una inconmensurable pandilla de forajidos. ¿Ellos nos gobiernan? ¿En qué manos hemos caído? ¡Dan ganas de llorar para que no nos abrume la vergüenza! ¿Qué manos estrechar que no ensucien las nuestras? ¿Dónde mirar que no nos avergüence? ¿En quién creer? España no se merece estar desgobernada por esta pandilla de rateros engreídos! ¿En quién volver a confiar? Malditos sean estos políticos de mierda”.

Evidentemente, mi primera reacción fue de sorpresa, pero luego, analizando aquellas emociones explosivas me di cuenta de que Gala, a sus años y con tantos éxitos literarios a sus espaldas, ya nada tiene que perder ni qué esperar ni intentar ser quien no es. El gran escritor ha sabido decir BASTA y, sin indulgencias, nos ha mostrado la furia de su impotencia, de su tristeza por un país que agoniza por la apatía de unos políticos víctimas de una ambición desmedida por el dinero, el poder y honores, culpables de esta situación, que pasan de todo y de todos los españoles, que ni vigilan ni les importa el incremento de la pederastia, de los depravados, de los rateros, atracadores, expoliadores, estafadores, violadores, con cuatro veces más funcionarios del Estado que en Alemania (muchos de ellos aún nos ponen malas caras tras la ventanilla cuando vamos a solucionar una cuestión), con seis millones de parados que ni siquiera tienen para el pan de cada día mientras ellos se abultan los bolsillos, esconden bien escondido su dinero negro ganado a costa de engañarnos y engrosan sus cuentas bancarias con una falta de moral y de principios inconcebibles, dándose la buena vida unida a su insensibilidad, desidia e indolencia y así un larguísimo y vergonzoso etcétera, sin querer darse cuenta de que un buen político que procede con rectitud e integridad es la honra de su país.

El Antonio Gala irritable, iracundo, enojado, furioso, es el clarísimo ejemplo, el modelo de cómo pensamos y sentimos una gran mayoría de los españoles, que ya hasta nos cuesta poder respirar. Y desde luego, mientras no tengamos políticos decentes, justos, honestos, defensores de nuestro honor y nuestras vidas y que no vivan de espalda a nuestros graves problemas, no volverá a nosotros lo que fuimos. Ay, Señor, vivir para ver…

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