Artículo publicado hoy en el diario La Provincia/DLP
DE TODO UN POCO
Donina Romero
LOS DÍAS ESTÁN LLENOS DE DIOS
Siempre digo que no hay suficiente tiempo en este mundo para aprender todo lo que queremos, y también que el ser humano necesita llenar su interior y tiene que despertar de esa oscuridad en la que está metido: la esclavitud del consumismo, el sexo, las terribles drogas, el alcohol, las riquezas, materialismos de toda índole…, en resumen una vida insatisfactoria, sin darse cuenta de que lo hermoso es volver los ojos hacia Dios, comprometer su vida con Dios, crecer espiritualmente, conocer a Dios nuestro Señor y hallar el camino hacia la libertad. Te aseguro, amigo, que si pones los ojos en Dios y en el Cielo que te espera, la vida te será mucho más manejable y la vivirás con más alegría. Y es fácil. Sólo hay que decir “SÍ” a nuestro Señor y amarlo incondicionalmente. Y no escribo este artículo en un intento de convencer (ojalá) sino de reflexionar, y de poder ayudarnos a nosotros mismos. Hoy, en esta sociedad desamorada que sólo admira el “parecer” y rechaza el “ser”, los valores sociales y morales se han disgregado, no se lleva hablar de Dios, el pecado parece que yo no existe y se vive sin saber para qué, sin darse cuenta que la vida física es temporal y que este envoltorio llamado cuerpo está para algo más: llegar a Dios, que es la única VERDAD con la que contamos.
Sí, amigos. Aquí no estamos por azar y debemos engancharnos a Dios con todas nuestras fuerzas, porque creyendo firmemente en ÉL todo comienza a tener sentido, y porque practicando la fe encontraremos la clave de nuestra existencia aquí, en la tierra. Si nos consagramos a su Divina Voluntad veremos como todo tornará para bien en nuestras vidas, y nuestra actitud hacia el mundo también cambiará si hacemos la voluntad del Padre, que nos espera siempre con los brazos abiertos. Llega el mes de mayo, el mes de la Santísima Virgen y el mes más religioso del año (después de la Semana Santa), donde los niños hacen su Primera Comunión. Aprovechemos estas fechas y regresemos ahora a nosotros mismos, a nuestro interior, a esa luz espiritual que siempre hemos llevado dentro pero de la que nos hemos alejado por llevar una vida superficial. Instalémonos en el AMOR de DIOS, porque así seremos verdaderamente felices. DIOS debe serlo todo para nosotros, y para ello tenemos que buscarlo, leerlo, encontrarlo… y luego regalarnos como puente espiritual para la familia, para nuestros amigos, intentando ser el ejemplo como hijos de Dios para ellos, porque así veremos con satisfacción los resultados.
No pasemos por la vida como uno más porque Dios nos pedirá cuentas (acordémonos de los denarios enterrados). La vida aquí es hacer méritos para la otra VIDA, pero disfrutando de todo lo que nos ofrece esta otra vida terrenal y siendo nosotros al mismo tiempo. No malvivamos entre ambiciones y sentimientos irrealizables porque eso significa “ser perdedores”, y en cambio disfrutemos de este mundo maravilloso que tan generosamente nuestro Dios nos ha regalado. Pero también gocemos de ÉL, porque sólo ÉL nos hará sentir verdaderamente felices. DIOS no es asunto baladí porque es el único camino de la felicidad y nuestra mejor recompensa.
Todos los días están llenos de Dios: sólo es cuestión de saber verlo y escucharlo dentro de nosotros. Tengamos el valor de ir en su busca y pellizquémonos el corazón para despertar, vivamos para ÉL y pongámonos en Sus Manos, porque esta vida es tan sólo un paso para la verdadera realidad: la eternidad, algo tan fantástico que “ni ojo vio, ni oído oyó lo que Dios ha dispuesto para quienes le aman”. Olvidemos pues nuestras inquietudes, nuestras aspiraciones o lo que creemos frustraciones porque nuestro Señor nos recompensará en la otra orilla. Hace tiempo leí en un maravilloso libro religioso que “todo aquello que en esta vida quisiste y el destino no te lo concedió, se hará realidad en el otro mundo y por toda la eternidad” ¡Qué maravilla! ¿Verdad? Que tengan un buen día.
Página consultada 748 veces