Artículo publicado ayer martes, 18/10/2011, en el diario La Provincia/DLP
DE TODO UN POCO
Donina Romero
LA SERIEDAD DEL BURRO
Decía el magnífico y admirado Julián Marías, hace ya muchos años y en un artículo que no tenía desperdicio y que titulaba “Demasiado serios”, que “la falta de humor ha empobrecido los periódicos y también los libros, sin darse cuenta de que el humor, para todos, es un refugio y un alivio refrescante y salvador. Pero para escribir con humor se necesita ingenio y, lamentablemente, hoy, las pocas publicaciones humorísticas arrastran poca fortuna y escasa gracia, porque esta sociedad de ahora tiene y padece “la seriedad del burro”, o sea, una actitud seria y permanente que aburre y cansa”.
Y creo que tiene toda la razón Julián Marías, porque si reír es una facultad del alma, ¿por qué no buscamos refugio en ello, si además de darnos tranquilidad interior nos oxigena el cerebro? La risa es un lubricante maravilloso para ir por la vida, y resulta tan fácil que no entiendo cómo no la llevamos con nosotros a todas partes. A Dios gracias, he tenido la fortuna de haber heredado la alegría y las ganas de contar chistes de mi abuelo materno, un hombre para quien la vida era un viaje que valía la pena si iba acompañado de un encaje de sonrisas, porque si no fuera así, pensaba que sería como tener buena salud pero con escasez de energías. Creo que la seriedad y el pesimismo en esta vida son innecesarios y deberíamos rechazarlos, porque lo único que hacen es crear malestar a uno mismo y al entorno. Un conocido mío, viudo, me contaba que estuvo tres años de luto por su esposa (corbata negra, aunque el luto ya no se lleva) a la que adoraba, y me consta, pero que iba dos veces al año al cementerio a visitar a su mujer para ver y asegurarse de que no se había movido de allí; o sea, que aún a pesar del dolor por la ausencia de la amada, tuvo la facultad de atravesarlo y poner al descubierto aquel toque de humor que fue como una barrera que lo separó por unos momentos de la tragedia. Y es que no hay nada como un poco de gracejo, de chispa, de salero para ver la vida de otro modo, y el entorno lo agradece. Que ya lo dice el Corán,”quien hace reír a sus amigos es digno del Paraíso”. Que tengan un buen día.
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