Artículo publicado ayer martes, 20/08/2013, en el diario La Provincia/DLP
DE TODO UN POCO
Donina Romero
HABLAR MUCHO NOS HACE LONGEVOS
Dice el prestigioso psiquiatra, residente en Nueva York, Rojas Marcos, que “las mujeres españolas somos las segundas más longevas del mundo”, ¡del mundo! Y seguidamente explica con su sapiencia que “vivimos tanto porque hablamos mucho y es a través de la palabra donde nos conectamos, nos desahogamos y liberamos de emociones agobiantes, y así el comunicarnos nos fortalece el sistema inmunológico y vigoriza nuestra capacidad para superar las adversidades”. ¡Hablar mucho nos hace longevas! Qué bien, porque a servidora, que me encanta la charla, espero que tal “deporte” me garantice llegar al siglo por lo menos, aunque mi abuela materna Francisca, tan querida para mí, vivió hasta los 96 años y su padre hasta los 104, quien se casó tres veces y tuvo 24 hijos (a pesar de no ser hablador pero por lo que se ve sí ligón), de los que le sobrevivieron solamente tres, y entre los tres mi abuela que no era precisamente una mujer charlatana, pero sí reservada, muy religiosa, de misa y comunión diarias y lecturas bíblicas.
Pero abundando en las declaraciones del prestigioso psiquiatra, pienso que quizá por ello hay más viudas que viudos, aunque creo que estos no llegan a longevos no porque hablen poco sino porque sus costillas les cortan la palabra, no les permiten hablar lo que quieren y les dejan con una sensación de aislamiento porque, y haberlos haylos, sí es cierto que algunos nacen con ese instinto parlanchín, con o sin componente hereditario, que como un huracán devastador no dejan expresarse a la parienta y tampoco le permiten contestarles. Con lo cual me posiciono en la duda de sí o no a la longevidad, dependiendo de la extensión de tiempo usando la maravillosa palabra.
Un amigo mío, ameno, divertido, entretenido como una partida de pimpón y de lo más hablador que he conocido en mi vida, falleció por infarto hace muchísimo tiempo a la prematura edad de 52 años, lo que me ha hecho reflexionar sobre las declaraciones del insigne Rojas Marcos, ¿mejor hablar mucho o quizá poco para lograr la tan ansiedad longevidad? Un tema a discutir en medio de este mundo de locos. Añado que no espero que sea ésta la única alternativa para alcanzar la larga existencia porque, de todos modos, hay que luchar por la vida, que ya la muerte es segura. Ay, Señor, qué duda agónica. Menos mal que cada día sale el sol.
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