Artículo publicado el martes último, 01/05/2012, en el diario La Provinia/DLP
DE TODO UN POCO
Donina Romero
AMAR MEJOR QUE ODIAR
Ya sabemos que el mundo está lleno de ofensores y ofendidos, de envidiosos y envidiados, de calumniadores y calumniados, de criticones y criticados, de hermanos, tíos, primos, sobrinos, amigos escarnecedores, agraviantes, injuriosos frente a hermanos, tíos, primos, sobrinos, amigos tolerantes, clementes, magnánimos… ya que así ha sido desde el principio de los tiempos, porque es el hombre quien ha sembrado el odio, la envidia, la maldad y el amor en la tierra y porque creo que somos nosotros mismos los únicos que hemos decidido el rumbo de nuestros sentimientos: amar u odiar. Y es triste que quienes envidian, calumnian o critican no encuentren en sus vidas el tiempo para profundizar en sus capacidades y así desarrollarse personal o profesionalmente, porque creo que siempre hay un momento para hacer un alto en el camino y decidir darle la espalda a todo aquello que sólo es una fuente de infelicidad.
Entiendo que pedir perdón no es un acto lúdico sino difícil, como también lo es muchas veces el perdonar, pero pienso que no vale la pena cargarse de odios por ambas partes porque es más pesado de lo que creemos y no hay almohada más blanda que una conciencia limpia, ni nada más placentero que amar en lugar de odiar y otorgar el perdón en vez de buscar la venganza, ya que tanto el pedir indulgencia como el darla conduce siempre a la paz que, al igual que la risa, es una medicina para el alma.
Por mi parte, y desde esta tribuna, pido benignidad a quien le pude ofender y doy con generosidad el indulto a quien me ofendió, pues en esto último no va conmigo aquello de “el alma cruelmente herida perdona pero no olvida” porque, al menos para mí, la suerte de saber perdonar me ahorra el gasto de la ira, el costo del odio, el desperdicio de la energía y además me ofrece la alegría de la paz. Sólo hay mala suerte en no ser perdonado, pero en el que no perdona hay desgracia. Qué lío. De todos modos, sobre este asunto tengo momentos en que recuerdo a Mark Twain cuando decía, “hay veces en que deseo sinceramente que Noé y su comitiva hubiesen perdido el arca”.
Que Dios me los bendiga, mis hijitos…
Sumario: Los sentimientos negativos son más pesado de lo que creemos.
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