Artículo publicado hoy martes, 02/10/2012, en el diario La Provincia/DLP


DE TODO UN POCO

Donina Romero

LA ANCIANIDAD NO ES ARRINCONARSE

Eso que dicen que “cuando uno pierde la juventud, lo pierde todo”, no me parece muy acertado, pues aunque las sístoles y las diástoles aparezcan con más aceleración o lentitud de lo que quisiéramos, envejecer no significa que te arrincones o te arrinconen. Servidora conozco a personas muy mayores que en lugar de “perderlo todo”, muy al contrario han ganado mucho, porque aunque ya no tienen la juventud, divino tesoro, son poseedoras de una acumulación de experiencias, está presente la virtud de la paciencia, de la transigencia, concediéndole a las cosas su justa importancia, ni más ni menos, entendiendo que tan importante es hablar como callar y teniendo otra interpretación personal de la vida: no olvidar que lo único importante es vivir. Que ya lo decía el gran pensador Epicuro, “el que no considera su vida como la riqueza más grande es dedichado, aunque sea dueño del mundo”.

No creo justo que se vea la ancianidad con una mirada amarga porque ya no lleve cascabeles en los pies, e ignorante es la persona que no ve que también ella camina hacia ese destino inevitable. Ayer tropecé con la madre de una buena amiga mía a la que hacía tiempo que no veía. Con noventa y tres años su cerebro es un depósito de sabiduría y su amor a la estética más su refinamiento no le han decaído con los años. Le pregunté qué tal se encontraba y ella, reflejando en su rostro la felicidad de vivir, me contestó suave como el Mimosín, “no odio, no guardo venganzas, amo a todo el mundo y me conformo con lo que tengo, así es que estoy divinamente”.

Escuchar aquellas hermosas palabras me produjo una gran satisfacción, y pensé mientras me dirigía a mis asuntos que la música no está en el violín sino en el violinista, y que la experiencia por este duro sendero de la vida es la mejor maestra. Pobre de los locos que calumnian, odian y piden venganza, porque de ellos no será el Reino de los Cielos.

Así es que quien haya dicho que “cuando se pierde la juventud, se pierde todo”, es que sólo le da importancia al físico y no al cerebro y a la posesión de un buen espíritu, sin percatarse de que envejecer no es un castigo sino un privilegio. Que tengan un buen día.

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