Artículo publicado hoy martes, 18/06/2013, en el diario La Provincia/DLP


DE TODO UN POCO

Donina Romero

LA INSENSATEZ POLÍTICA

Soy apolítica y no milito en ningún partido, porque todos me parecen el mismo perro con distinto collar, y quizá por eso no entiendo el análisis destructivo de muchos políticos, de una u otra facción, a los que escucho demoler de una tajada a otros (siempre de la camarilla contraria, claro) que han demostrado tener para estos menesteres un talento desarrollado casi hasta la perfección. Y observo que, generalmente, son los atacados de suspicacias los que nunca ven la magnitud del esfuerzo del otro partido político por conseguir realizaciones importantes para su grupo, y así su rivalidad la utilizan como arma efectiva contra estas personas de valía que sólo ven en estos discrepantes una perturbación de su ego, junto a una deficiencia de actitud llamada incongruencia.

Lamentablemente, esta destructiva compostura (que debe ser un plato indigesto) se hace sentir de forma progresiva en estos guías gubernamentales (de cualquiera de los dos grupos) cuanta más atención, reconocimiento e interés se merece la labor del congruente. Y me pregunto yo, que he oído a unos y a otros en pequeñas y grandes tertulias televisivas, que porqué en lugar de sentirse cautivos de esa pelusa llamada envidia que se les mete tan a sangre, hasta casi liarse a tiros, no son capaces de coronar tales esfuerzos uniendo sus propias ideas para así ensanchar los límites del saber, aportando juntos y unidos lo mejor para nuestro país y sus ciudadanos. ¿Por qué a las reflexiones inteligentes de un bando opuesto, el otro bando le pone vallas muy altas para que no se las salten, porque creen que una buena competencia es más una desventaja, cuando lo cierto es que sumando todos los esfuerzos le hacen un favor al país?

Todos los modos de decir no me bastan para exponer mi exasperación e indisposición hacia los desaires, los talantes no conciliadores y habitados por el orgullo, obstaculizando poner en acción la práctica de aquellas buenas ideas, incapaces de ofrecer aprobación a soluciones y consideraciones adversarias que sólo buscan auxiliar a una España que duerme en una burbuja llena de serrín, y donde parece ser que ya no hay cabida para el entendimiento, debido a tan intransigentes desavenencias rivales. Y digo yo que así no hay manera de salir de esta crisis. Ay, Señor, menos mal que siempre nos quedará París…

Página consultada 725 veces