Artículo publicado el martes pasado, 19/04/2011, en el diario La Provincia/DLP
DE TODO UN POCO
Donina Romero
SEMANA SANTA. A JESÚS Y MARÍA
Se rendía la tarde ya trenzada en aquel Santo Cuerpo. Yo observaba silente los pasos aunados de aquella procesión. Recordé en un instante el día en que el Señor se rompió por nosotros. Imaginé el momento y la pálida luz de aquella tarde. El temblor casi líquido se derramaba azul entre los corazones que amaban al Señor. No revolaban aves cautivando el espacio y los callados llantos tatuaron lentamente la hora de la tarde que se bordaba entera en aquel aire yerto, mecido indiscreto en las gargantas. Y todos los ayes se escuchaban en quejidos umbríos por el cielo.
La muerte del Señor no movía los vientos y sobre el frío huerto se cruzaban las sombras. Llegada la noche, la luna susurraba vigilando su Muerte mientras todos los ayes ascendían latentes por el aire. Bajado de la Cruz, el Maternal Amor le acariciaba como a la nota última de un arpa y un estremecimiento leve se clavó tan herido en el espacio. María le abrazaba cercándolo de besos y empapaba su Sangre entre los gruesos pliegues de su manto. Deshojada, traspasada de inviernos, sin luceros ni albas, toda Ella un desgarro y ya nunca coraje y corazón para desafiar tanto quebranto. Se le quedaba el alma golpeada, aturdida de modo agonizante, pues el Hijo moría y Ella al fin desolaba aunque aún le quedara entre sus dedos nardos la caricia para el Hijo. Vena de azufre en el costado y una astilla de hiel le traspasaba, haciéndole sufrir una abundante garba de tormentos.
María, centinela, le regalaba Amor en río sin medida, amontonando fiel entre sus manos zalemas maternales para aquel Cuerpo inerte que se entregó entero por nosotros…
Soneto a Jesús:
Estás lejos de mí, mas tan cercano/ que tocarte pudieran estos dedos./ Tú en el tiempo sin tiempo, yo en mis miedos/ de este ansia de Ti que ahora emano./ De Ti lo ansío todo: me camines/como un vuelo de alondras por mi pecho,/ tu Calor al desgarro de este brecho,/ y tu Aroma de rosas y jazmines./ Quiero entero tu Mundo, tus Encantos,/ te quiero mi Reposo, mi Murmullo,/ mi Lluvia, mi Calor, todo el Arrullo/ y un espacio de pétalos y cantos./ Permanecer en Ti: Tú mi Destino,/ mi Lago de esmeraldas, Tú mi Dueño,/ Eterno Tú, mi Amado, en este sueño/ y siempre Tú la Luz de mi camino.
Desde el principio, incluido el soneto, fue uno de los premios del «Premio Regional de Poesía Mística «Semana Santa Canaria».
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