Artículo publicado hoy martes, 24/05/2011, en el diario La Provincia/DLP
DE TODO UN POCO
Donina Romero
LOS BOTELLONES
Ya expuse en otra ocasión los peligros que conlleva el alcohol con el ejemplo del loco conductor kamikaze, que llevaba en el cuerpo una animalada etílica, y que fue el causante de romper dos jóvenes vidas, víctimas de este desaprensivo a quien le quintuplicaba el índice permitido de alcohol (la chica, con 18 años era la hija de Toni Cantó, el actor, y su novio de 20). El imprudente e inconsciente conductor era un hombre hecho y derecho de 41 años, un temerario insensato del que siento pena, por él y por su familia, pero también indignación y rabia porque embistió y mató a dos jovencitos que comenzaban su andadura con ilusiones, proyectos y esperanzas que no pudieron hacer realidad.
Hace poco, en una reunión de amigas, una de ellas comentó que el hijo de alguien, con 15 años, había dejado embarazada a una niña de 14 en un fin de semana y durante la juerga de un botellón. Ni novios ni nada, se emborracharon, se enrollaron y se abandonaron a las tentaciones del cuerpo, víctimas de su inconsciente juventud expuesta al peligro de un embarazo, y ahora con un problemón que les ha caído encima y que no saben (ni ellos ni sus progenitores) cómo resolverlo, porque la chica le tiene terror a aventurarse en un aborto (por mis creencias religiosas no lo acepto) y al chico le ha dejado un pinzamiento cerebral que quiere salir del atolladero como sea, pues la embarazada no es ni siquiera íntima amiga, sino una conocida con quien le apeteció tener un alivio sexual. Y ahora a las dos familias les ha caído una tristeza como un luto por una madre.
Y es que en estos botellones donde lo más importante es beber y no esquivar drogas y sexo, se camina demasiado deprisa y el vértigo del vicio, de la invitación al mal camino, de la alegría enguatada, pone las vallas muy altas y luego no hay quien se las salte… o se las salta y cae. Creo que sería mejor que vivieran con el botellón del “seven-up”, la“mirinda” o la “cocacola” porque es más sano y les deja la cabeza en su sitio. Sobre todo si en lugar de “unas rayitas” a ocultas en cualquier cuarto de baño, se van alegres en grupo a tomarse unos chocolates con churros. Hummm…, qué rico.
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