Artículo publicado hoy miércoles, 01/08/2012, en el diario La Provincia/DLP


DE TODO UN POCO

Donina Romero

ENVEJECER ES OTRO COLOR DE LA VIDA

Perpleja, leí en una revista italiana que el pasado mes de junio “abandonaron a una abuela con demencia senil en la calle, y que la Audiencia había condenado a cuatro familiares de esa anciana a pagar doscientos cuarenta euros por abandonarla”. ¿Tan sólo doscientos cuarenta euros por abandonar a un ser humano en la calle? ¿Y por qué no que salgan las fotos de esos familiares, por ejemplo, en los medios de comunicación, como una penitencia al escarnio de su vil acción?

Estas incalificables personas lo que pretendían era evitar “ese obstáculo” en sus vidas y la única manera de librarse de esa “esclavitud” fue actuando con entrañas de crueldad en una actitud negativa y despiadada, sin un punto de misericordia, dejando a la pobre anciana en la calle colmada de aflicción y desesperanza. Con qué facilidad olvidaron pronto aquel regazo ancho y tibio que les acogió de niños, las madrugadas acunando sus llantos, el beso brotado a tiempo y las manos llenas de ternuras, los años de sacrificios, de educar, de administrar la economía del hogar…

Se me hace indigerible esa cruel acción y me quedo huérfana de adjetivos para estos miserables despojados de toda sensibilidad. Me pregunto si después de este acto se quedaron con la satisfacción de quien ha conseguido una victoria. ¿Victoria abandonar a ese ser débil, desposeído de cariño, a quien pudo llegarle la muerte en la calle, sin aviso, como un dardo preciso e implacable?

No creo que entrañe tanta dificultad cuidar a quienes les llegó la decrepitud casi sin darse cuenta y viven con la esperanza de morir entre los suyos y que no desean acabar sus días con la desolación y la mordida de la deslealtad. Y en todo caso están los asilos y residencias donde los cuidan con esmero y cariño, y reciben las entrañables visitas de sus familiares, pues también es comprensible que hijos ya mayores, no tengan las energías ni la salud adecuada para atenderlos.

Y a estos personajes de sentimientos subterráneos, recordarles que envejecer es otro color de la vida y el resultado de haberlo dado todo en la dura prueba de la existencia. En suma, un tema para la reflexión.

Sumario: No sirve ninguna disculpa al abandono de ancianos por su propia familia.

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