Artículo publicado hoy miércoles, 02/01/2013, en el diario La Provincia/DLP


DE TODO UN POCO

Donina Romero

¿QUE VEINTE AÑOS NO ES NADA?

Con la renovación del carné de identidad, en un principio nos quedamos atontados (abatatados) porque creemos que somos víctimas de alucinaciones y que los funcionarios se han confundido al consignar la fecha que casi miramos de reojo (refilón, raspafilón), con lo cual convocamos a la memoria con precipitación y cierta resistencia a creerlo, pero la memoria (esa amiga que se va quedando atrás cuando ya no le interesamos) soluciona el desconcierto rápidamente mostrándonos de inmediato su facultad especial para estas cosas, y recordándonos como una aguafiestas que sí, que aunque reconocerlo nos repugne como el aceite de hígado de bacalao o nos espolee la rabia, las cosas son como son y que la fecha de nacimiento en el carné de marras es lo que hemos vivido y punto. Que nos ha caído una tromba de años encima como una deflagración de nuestro cuerpo, es cierto, y que ya somos un pretérito sellado en el carné en el que reconocemos que estamos más antiguos que las pirámides de Egipto, también es cierto. Pero al menos lo podemos contar, ¿no?

      Canta el tango de Gardel “que veinte años no es nada…”, pero yo le digo al tango que veinte años es mucho y que no es lo mismo tener treinta primaveras (que es como un agua de colonia de verano), que sesenta, setenta y etcétera (que ya es agua de colonia caducada) porque las goteras hacen su aparición como un desfile de soldaditos de plomo: reteniendo líquidos, dolor en las articulaciones, prótesis dentales más grandes que un viaducto a unos cuantos, dejando calvo a más de uno, “barriguita” a todos, juanetes dolorosos a muchos, colesterol malo a todos, la memoria casi siempre en el guindo, insomnios que para qué te cuento…, y lo peor es que sin esperanzas de mejorar porque, cuanto más años se cumplen, se va caminando para atrás, como los burros de Agaete. ¿Qué veinte años no es nada? Ya lo dice el tango, “adiós muchachos, ya me voy y me resigno,/contra el destino nadie batalla…” Pero yo le digo al tango que, a Dios gracias, cada día sale el sol y que aún nos queda el hermoso pensamiento del afamado escritor americano Joe E. Louis, “sólo vives una vez, pero si lo haces bien, una vez es suficiente” Elemental, querido Watson.

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